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Castigos VS. Consecuencias

En el día a día utilizamos la palabra castigo y su empleo como medida rápida para intentar controlar el comportamiento de los niños cuando es inadecuado. Pero no nos damos cuenta de todo lo que conlleva esto para nuestros peques, como se sienten, como lo reciben y los efectos realaes que pueden tener. Por eso, haremos un repaso de los castigos y otras interesantes alternativas a tener en cuenta a la hora de poner límites y corregir las conductas de nuestros peques.

LOS CASTIGOS

Un castigo es una acción realizada por una persona que provoca desagrado en otra y que tiene como finalidad eliminar o corregir una conducta o comportamiento molesto o inadecuado.

Los castigos forman parte de nuestra educación desde hace mucho tiempo, los solemos utilizar para poder controlar de forma inmediata un comportamiento inadecuado, siendo el “camino rápido” para atajar un problema.

Es importante que tengamos en cuenta que son poco educativos ya que actúan sobre la parte más superficial de una conducta concreta y no en una conducta en general, asimismo las consecuencias que provocan son negativas.

Si utilizamos los castigos como algo habitual en la educación de los niños puede generar miedo y pérdida de confianza de estos hacia sus padres. Junto con ello los peques pueden sentirse desvalorizados quedando su autoestima dañada, incluso sentir falta de amor por parte de sus progenitores. Además, si se les castiga demasiado es probable que empleen las mentiras como medio para evitar el castigo. No buscamos crear estas sensaciones en ellos, sino que queremos que sean respetuosos y obedientes.

¿Son Efectivos?

SI

  • Si son inmediatos.
  • Si son realistas y proporcionados, teniendo relación la acción realizada con el castigo impuesto.
  • Si son cortos y tienen un final claro.
  • Son “aceptables” si se castiga momentáneamente como medida de salvamento para poder detener una acción en una situación concreta.

NO

  • Si no son inmediatos.
  • Si tienen poca relación con la acción realizada, la conducta que queremos cambiar puede tender a repetirse.
  • Si son desproporcionados.
  • Si se castiga mucho y muy a menudo, pierde eficacia.
  • Los efectos son momentáneos, no se desaprende el comportamiento y la conducta puede repetirse.
  • No se consigue que el niño aprenda la conducta adecuada, si no que se penaliza la inadecuada.
  • No se logran cambios a largo plazo.

LAS CONSECUENCIAS

Somos conscientes de que todos los actos tiene consecuencias, y que todas conducta puede mantenerse o desaparecer según las consecuencias que se obtengan de ella.

En vez de castigar, y emplear la palabra como tal, vamos a cambiar la visión, explicando a los peques que los actos tienen consecuencias tanto positivas como negativas ante la conducta que se ha realizado. Por lo tanto, una conducta inadecuada no implica un castigo si no que una consecuencia negativa relacionada a tal acto.

Así que, es preferible enseñar a los niños a entender los límites y que aprendan a regular por sí mismos sus actos a través de las consecuencias naturales.

Hacia el año y medio/los dos años de edad, es el momento en el que los peques son capaces de comprender razonamientos sencillos y entender el porque de las normas. Es por esto que las explicaciones debemos realizarlas con frases cortas y sencillas.

Debemos plantearles la situación no como un castigo, si no como una oportunidad que les ofrecemos para elegir portarse bien o mal y en base a su elección las consecuencias serán buenas o malas. Tenemos explicar bien las reglas, y lo que ocurrirá si las normas no se cumplen.

En relación con esto, cabe destacar la importancia del refuerzo positivo y de la extinción. Los niños funcionan mejor ante los elogios (refuerzo positivo) por sus conductas positivas/adecuadas (refuerzo positivo), es decir, cuando reforzamos las conductas que queremos dejar instauradas. Por otro lado, cuando no hacemos caso o les ignoramos (extinción) en los momentos que realizan conductas negativas/inadecuadas, es decir, ignorarles ante conductas que queremos que desaparezcan.

¿Son Efectivas?

Son muy efectivas si se producen inmediatamente, y aprenden más de las consecuencias cuando éstas tienen relación con la acción problemática.

Es importante que tengamos en cuenta que si las conducta adecuada del niño no va seguida de consecuencias agradables, es decir, si no va seguida de un refuerzo positivo, es menos probable que vuelva a ocurrir en el futuro. Por lo tanto, la buena conducta se debilitará y reaparecerá.

¿QUÉ DIFERENCIAS ENCONTRAMOS?

  CASTIGOS CONSECUENCIAS
1. La Forma Es autoritaria, es una orden, intenta imponer.

El niño no importa “nada”, el acto si.

Si hoy sufre las consecuencias a lo mejor mañana no lo repite

Podemos pensar que la consecuencia es la misma pero no.

El niño no se siente atacado, si respetado; dándole margen para que resuelva su asunto.

2. La Intención Se busca que el niño pague las consecuencias de no hacer algo concreto. Aprende que sus acciones tienen consecuencias que pueden ser positivas o negativas.
3. El Impacto El niño se siente retado o chantajeado.

Según su personalidad puede sentirse retado, chantajeado; o poco querido.

NO es un aprendizaje, SI una imposición.

No se siente retado, le informamos de las consecuencias para que él decida.

Se siente respetado y no duda del cariño de sus padres.

Debe aprender de sus lecciones, aunque le cueste y no le guste la idea.

CÓMO ACTUAR ANTE LOS NIÑOS

Cómo SOLEMOS Actuar

Cómo DEBEMOS Actuar

  • Nos dejamos llevar, perdemos el control de nuestras emociones.
  • Etiquetamos al niño, no le decimos lo que esperamos de él o lo que esta haciendo de manera clara.
  • Comentar las conductas inadecuadas del niño delante de otras personas estando el peque presente.
  • Aita unas normas, ama otras.
  • Privarle de experiencias de aprendizaje.
  • Tirar la toalla.
  • Autocontrol de nuestras emociones, neutralidad al expresarnos
  • No etiquetar ni generalizar; tenemos que aprender a definir la conducta con claridad.
  • No comentar las conductas inadecuadas del niño delante de otras personas estando el peque presente. Pero sí las conductas adecuadas.
  • Aita y ama siempre de acuerdo en las normas.
  • Advertir, utilizando frases claras.
  • Permitir que aprenda de sus errores.
  • Constancia y paciencia, NO hay que abandonar.

TÉCNICAS PARA CONTROLAR Y DISMINUIR CONDUCTAS Y COMPORTAMIENTOS INADECUADOS EN LOS NIÑOS

Es importante tener en cuenta cómo debemos actuar ante los niños. Aprenden por imitación y nosotros somos su modelo a seguir, por lo que debemos modelar y controlar nuestra conducta para que aprendan a realizar las conductas adecuadas y a corregir las conductas inadecuadas.

Junto con esto, es muy positivo establecer una serie de normas entre todos los miembros de la familia desde bien temprano, éstas irán cambiando y adaptándose según la etapa del crecimiento en la que se encuentre el niño.

Lo que se busca con las normas es el respeto y el diálogo en la familia, el objetivo de las mismas es que sean cumplidas por todos los miembros. Además de esto la importancia de establecer rutinas diarias, pero pudiendo ser variables (no tiene que ser estrictamente todo a la hora marcada y el día en concreto, pero que exista cierta estabilidad al respecto), de este modo favorecemos a establecer un orden en la vida con nuestros peques.

¡ Actuemos !

Es conveniente que analicemos las circunstancias en las que se dan las conductas inadecuadas, para que de este modo seamos más conscientes de qué cosas debemos y podemos cambiar para favorecer el cambio en el comportamiento del niño.

Sería positivo hacer un registro de conductas; de este modo observaremos si se dan en momentos/situaciones constantes y concretos o aleatorios, así nos será más cómodo trabajar el cambio positivo y adecuado.

En relación a las técnicas de actuación, podemos emplear las técnicas de manera individual o combinar varias de ellas, lo que más cómodo sea para la familia y mejor se adapte al niño por edad y forma de ser.

  1. Ignorar Activamente. Ante las conductas inadecuadas que queremos que desparezcan, debemos derivar nuestra atención e ignorarlas. Es importante que tengamos en cuenta que al principio habrá un incremento de la conducta que queremos modificar. Pero debemos ser constantes y no ceder.
  2. Tiempo de Reflexión. 1. Cuando aparezca la conducta inadecuada, debemos advertir al niño que eso no está bien hecho y que puede traer consecuencias. 2. Si la conducta persiste utilizaremos el “Pentsaleku”, dejaremos al niño libre de estímulos atractivos. Sin regañar, ni mostrar enfado, explicándole que va a pensar en lo que ha hecho, junto con esto es positivo que le expliquemos por que no está bien hecha esa conducta. El tiempo que tiene permanecer estará relacionado con la edad, es decir, tantos minutos como años tenga el niño. 3. Finalizado el tiempo volverá al lugar donde realizó la conducta y analizará la situación con ayuda del adulto, le explicaremos lo que ha hecho mal y lo que sería correcto, dándole la oportunidad de disculparse si la situación así lo requiere.
  3. Refuerzo de Conductas Adecuadas. A lo largo del día podemos encontrar muchas conductas que presente el peque, y no todas serán inadecuadas; por lo que ante las conductas adecuadas es conveniente reforzarlas de manera positiva. Al igual que cuando ha realizado de manera correcta una conducta que antes era realizada de manera incorrecta.
  4. Sobrecorrección. Si alguna de las conductas inadecuadas a causado algún cambio o daño en el entorno. Explicaremos al niño de manera tranquila y neutral (procurando no mostrar el enfado), que esa conducta no esta bien hecha, que observe como ha quedado el entorno y le animaremos y ayudaremos a corregirlo con nuestra ayuda. Ej.: Recoger o limpiar lo estropeado.
  5. Consecuencias a los Actos. Vamos a cambiar la visión, explicándole al niño que los actos tienen consecuencias que pueden ser positivas o negativas ante una conducta que se ha realizado. Por lo tanto, si la conducta que han realizado es inadecuada, esto implica una consecuencia negativa. Ej.: Ane juega con la merienda y se hace la remolona para acabarla. La explicamos que como se ha comportado de una manera inadecuada, el tiempo que habitualmente tiene para jugar en el parque va a ser menor, puesto que si cuenta con una hora de juego, este tiempo ha sido consumido mientras jugaba con la merienda y conseguía terminársela. Por lo tanto, su tiempo de juego se ha visto consumido como consecuencia de su mal comportamiento. Es decir, no la “castigamos sin jugar en el parque”, la explicamos que su juego va a ser de 20 minutos o incluso de ninguno, porque todo el tiempo que tenia para ello lo ha perdido gracias a su mala conducta previa.

RECOMENDACIONES

  • Las ordenes deben ser claras y nosotros firmes ante las mismas.
  • Manejemos adecuadamente nuestro autocontrol.
  • Cuando el menor comenta errores, ya sean justificados o a propósito, explicarle que sería lo correcto, de manera neutral y sin alterarnos.
  • Es importante que prestemos atención ante las conductas adecuadas y reforzarlas de manera positiva.
  • Debemos de ser constantes en la aplicación de los procedimientos, y en las respuestas que damos a las actuaciones inadecuadas de los niños. Aunque puedan ser variables y en algunos momentos no poderse llevar a cabo como quisiéramos. No olvidemos que somos personas y que no todos los días ni todos los momentos son iguales.
  • Es positivo comprobar si el niño a captado nuestro mensaje mediante el empleo de preguntas directas.
  • Expresar nuestros sentimientos, que entiendan que no nos gustan los malos comportamientos que nos ponen tristes y que portándose bien estamos contentos.
  • Si el día a día no nos lo permite, sería interesante aplicar dichas técnicas en momentos en los que seamos conscientes que podemos llevarlas bien a cabo y sin presión. : Fines de semana o periodos vacacionales. De este modo, comenzaremos a instaurarlas poco a poco y más adelante será más sencillo recurrir a ellas.
  • ¡ Perseverancia, ánimo, paciencia, constancia y actitud positiva !.

Psicología Infantil École

 

 

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