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09 febrero 2017
EL DÍA A DÍA
Los Seres Humanos vivimos conectados inconscientemente a una serie de rutinas diarias, que aunque en ocasiones se vean alteradas, normalmente siempre siguen el mismo patrón “sota, caballo y rey”. Si nos salimos de esta serie de repeticiones diarias, nos da la sensación que algo a cambiado, algo falta, incluso hasta nuestra mente y nuestro cuerpo pueden llegar a percibir este cambio. Esta serie de acciones cotidianas, son necesarias para crear un orden en nuestra vida a nivel personal, social y/o laboral.
¿POR QUÉ SON IMPORTANTES LAS RUTINAS EN LOS MÁS PEQUEÑOS DE LA CASA?
Establecer una serie de rutinas en la vida de nuestros peques puede parecer algo muy simple, pero a la vez es complicado de mantener en el tiempo si no somos constantes en ello. Y aunque no lo parezca, es vital para su desarrollo a nivel educativo y personal; favorece en la interiorización de normas y en su autonomía a medida que van creciendo. Además, gracias a estos hábitos, van a desarrollar el sentido de la confianza y de la seguridad sobre el mundo que les rodea.
Es importante mantener una rutina en distintas actividades clave del día a día, como en la alimentación, vestido-desvestido, higiene y sueño. Todas ellas favorecen todas las destrezas nombradas con anterioridad además de responder a sus necesidades básicas.
El pequeño o la pequeña está en un proceso de maduración importante y necesita tiempo para poder adquirir determinados hábitos. Aun así, es importante que, desde los primeros días, se vaya iniciando en la adquisición de hábitos relacionados con el orden y la autonomía. Debe existir una regularidad en la repetición de los hábitos que queramos conseguir y, sobre todo, intentar que el niño o la niña disfrute de ellos a la vez que aprende.
¿CÓMO HACERLO?
Las actividades en cuanto a la alimentación deben ser educativas. Hay que fomentar la autonomía y la participación de los niños y de las niñas, enseñarles a utilizar los utensilios para comer, que conozcan los momentos en que tienen que realizar cada una de las comidas de un día, que utilicen los espacios destinados a las mismas, y concienciarles de que la comida no es tiempo de juego. Hay que fomentar el consumo de comida sana.
Hay que procurar que los niños y las niñas participen en el vestido y desvestido para que vayan desarrollando las habilidades necesarias para este cometido. Tan importante es enseñarles a ser progresivamente autónomos en el vestido, como más adelante a recoger y a colgar o guardar su ropa.
Además, hay que desarrollar en los menores la necesidad de estar limpios y el deseo de tener un aspecto personal cuidado. Las actividades de higiene suponen un momento privilegiado para ellos y para ellas, ya que se sienten atendidos por el adulto. En relación a la hora del baño, y los hábitos de higiene de las manos, de la cara, de los dientes y de la nariz es necesario que el niño y la niña sepan identificar en qué momentos deben realizarse estas actividades, que comprendan su necesidad, que las vayan realizando de manera progresivamente autónoma, que posean ciertas destrezas motrices y que posean un cierto control del propio cuerpo.
Para que el/la peque establezca hábitos de sueño, es necesario mantener unos horarios destinados a descansar. Es importante el descanso a media mañana y después del almuerzo, momentos que irán desapareciendo y siendo más cortos a medida que los niños y las niñas vayan creciendo. Al igual que es imprescindible, que descansen un mínimo de 10 o 12 horas de sueño por la noche.
DISFRUTAR Y APRENDER DE LA MAGIA DE CADA MOMENTO
En cada una de las actividades cotidianas podemos regalarles a los niños y las niñas un constante aprendizaje a la vez que disfrutamos de momentos íntimos, de complicidad, cariño y amor madre/padre-hijo/a.
Es importante que aprovechemos estas rutinas para nombrar los elementos que encontramos alrededor y que están implicados en cada una de estas actividades. De esta manera, conseguimos que los peques interioricen nuevo vocabulario, relacionen para que sirve cada elemento y porqué se encuentra en ese espacio.
Narrar lo que realizamos paso a paso, favorece la conexión y el apego con el/ la menor, además de hacerle partícipe de cada uno de estos hábitos. Siempre evitando diminutivos, empleando un tono y una voz suave y agradable que acompañe cada uno de estos momentos.
FLEXIBILIDAD
Cumplir cada día y de manera perfecta todo esto muchas veces nos es complicado. Por lo que, siempre hay que darle pie a la flexibilidad de horarios y tiempo para realizar cada actividad pero sin tomarse demasiadas confianzas.
No pasa nada, siempre y cuando las rutinas se realicen, aunque sea de manera modificada y no desaparezcan en el tiempo.
Psicología Infantil École
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