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25 enero 2017
PRIMEROS AÑOS DE VIDA
Los primeros años de la vida del niño y de la niña ponen los cimientos para un crecimiento saludable y armonioso, así como para su aprendizaje y desarrollo. Se trata de un periodo marcado por un rápido crecimiento y por cambios que se ven influenciados por todos los entornos en los que participa el peque.
El primer ciclo, se corresponde con los tres primeros años de vida de los niños y de las niñas. En él se atenderá al desarrollo afectivo, al movimiento y a los hábitos de control corporal, a las manifestaciones de comunicación y de lenguaje, a las pautas elementales de convivencia y relación social, así como al descubrimiento de las características físicas y sociales del medio en el que viven.
OBJETIVOS DE LA EDUCACIÓN INFANTIL
La Educación Infantil tiene como principal objetivo contribuir al desarrollo físico, afectivo, social e intelectual de niñas y niños en estrecha cooperación con las familias. En esta etapa se sientan las bases para el desarrollo personal y social de los pequeños y se integran aprendizajes que están en la base del logro de las competencias que se consideran básicas para vivir en sociedad.
Durante este ciclo, se debe responder a las necesidades cambiantes de los niños y niñas quienes, inicialmente, dependen por completo del adulto y en muy poco tiempo se convierten en personas incipientemente autónomas. Nuestra labor como Haur Eskola se dirige a estimular a los pequeños para que, desde la manifestación de sus necesidades relacionadas con el bienestar corporal, las identifique y pueda emprender las acciones necesarias para satisfacerlas y adquirir una autonomía progresiva en las rutinas y actividades cotidianas. A través del afecto, del cariño, de la estimulación, del trato individual como persona que tiene sus ritmos, sus emociones, sus sentimientos… irán desarrollando las competencias básicas necesarias para actuar en su entorno y sentir que sus necesidades están cubiertas.
LA INTERVENCIÓN EDUCATIVA DESDE LA HAUR ESKOLA
La intervención educativa no solo debe dar respuesta a las necesidades básicas de alimentación, higiene y descanso, sino además es necesaria la seguridad, la relación, la comunicación, la exploración, el juego, el afecto y la estimulación. Debe orientarse también a que los pequeños y pequeñas empiecen a descubrir su cuerpo, las personas y objetos de su entorno más próximo, a controlar sus movimientos para gatear, para caminar, para coger objetos y manipularlos, a expresar mediante el llanto, emisiones vocales, movimientos, gestos y primeras palabras algunos deseos y necesidades básicas de bienestar, de salud, de juego y de relación. A su vez, y con ayuda del adulto, construirá una imagen positiva de sí mismo/ a, desarrollará sus capacidades afectivas y aprenderá a respetar las diferencias.
Las rutinas en torno a la comida, el sueño, el descanso y la higiene son los ejes globalizadores en torno a los cuales debe girar la acción educativa. La experimentación de sensaciones agradables mientras el padre, madre o andereño le cambia o alimenta, constituye el primer paso en el desarrollo de los hábitos de salud y bienestar. Hay que estar atentos a las expresiones de cada pequeño y pequeña para poder interpretar los gestos, los llantos, los movimientos… y responder a ellos.
En la Haur Eskola, irán adquiriendo autonomía en sus rutinas y actividades cotidianas (comida, aseo, descanso…). De esta manera, poco a poco, los niños y las niñas irán identificando, manifestando y nombrando sus propias necesidades. La estimulación física que reciben del adulto mientras interactúa con ellos en la resolución de sus necesidades básicas, el contacto corporal con los otros y con los objetos, la coordinación visomotriz, la observación de su imagen, etcétera, van a favorecer que los pequeños construyan un conocimiento global de su cuerpo que, progresivamente, irán controlando.
Igualmente importante es facilitar la estimulación para que utilicen todos los sentidos y experimenten sensaciones diversas en la exploración de sí mismos, de los demás y de su entorno. A través de la adopción de posturas y de movimientos diversos van a ir controlando su cuerpo e irán adquiriendo habilidades motrices nuevas. Para ello, los peques recibirán por parte de la Haur Eskola una rica y variada estimulación sensorial para que puedan ir descubriendo las características más básicas de los objetos que le rodean así como su utilidad.
Además, y en la Haur Eskola más que cualquier otro entorno, los pequeños aprenden a relacionarse con los demás y adquieren progresivamente pautas elementales de convivencia y relación social y se ejercitan en la resolución pacífica de los conflictos. Poco a poco, irán adaptando su ritmo al de los demás, descubrirán y conocerán relaciones sociales y espacios físicos diferentes de su medio familiar. Aprenderán a desplazarse autónomamente tanto por hogar, como por la Haur Eskola, y a conocer a las personas con las que tienen que convivir en ambos entornos.
Al comienzo de esta etapa, el niño o la niña se comunican únicamente mediante sonidos, ruidos, sonrisas y llantos. Las palabras que la andereño o los padres le dirijan, la atención que muestren a sus gritos y balbuceos, la forma en que le sonría y le corresponda serán imprescindibles para el buen desarrollo de sus capacidades lingüísticas. El uso del lenguaje por parte de la persona adulta en sus interacciones con los bebés posibilita que empiecen, ya en su primer año de vida, a descubrir la función comunicativa del lenguaje oral, y que hacia el final de este periodo utilicen sus primeras palabras. Es muy importante fomentar el interés de los pequeños y pequeñas por participar en situaciones de comunicación y juegos de interacción social con la andereño, con los padres y madres y con sus iguales. A lo largo de este nivel, experimentarán la emisión de sonidos elementales, balbuceos, la imitación de los primeros sonidos elaborados y la construcción de frases muy cortas y telegráficas. Irán además, descubriendo las posibilidades sonoras del cuerpo y de los objetos, convirtiéndose en un instrumento de comunicación y de expresión de sentimientos y emociones. Poco a poco imitarán sonidos, voces de los animales, producirán sonidos con su cuerpo, como palmadas o zapateos, descubriendo de esta forma, las posibilidades expresivas de su cuerpo.
Todo esto se llevará a cabo, considerando que la madurez de los niños y las niñas es un proceso continuo que se produce a diferentes ritmos en cada menor, y por tanto, nos adaptaremos a las necesidades individuales de cada pequeño/ a.
Por último, es conveniente que exista un intercambio de información entre la escuela y la familia y una reflexión conjunta. Esto se hará mediante la agenda del niño/ a, la comunicación en las entradas y salidas y a su vez, mediante reuniones que se podrán concertar cuando los padres y madres de los niños/ as lo precisen. De esta manera, los pequeños y pequeñas se van a beneficiar de una continuidad del ambiente familiar y escolar, y van a percibir seguridad y confianza.
Lo importante es que disfruten, aprendan, desarrollen competencias y lo pasen bien…
¡ EN HAUR ESKOLA ÉCOLE DICHO DISFRUTE ESTÁ ASEGURADO !
Haur Eskola École
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